5/4/10

La caja negra.

Esto se lo dedico a los valientes que saben que más vale una roja que ciento amarillo, y a buen entendedor...

  Desde que somos conscientes de nuestro cuerpo, los humanos perseguimos nuestro bienestar, primero físico, luego emocional, y más adelante, si no carecemos de lo más elemental para nuestra supervivencia, lo que pretendemos es "ser felices".

  A partir de cierto momento en mi vida, tendría unos 14 o 15 años, aunque era consciente de que había circunstancias externas que condicionaban indudablemente mi estado de ánimo y que me desencadenaban ansiedad, o inseguridad y temor, o infelicidad al fin, como consecuencia de tempranas lecturas de Freud, Erich Fromm, Victor Franckl y otros maestros, comencé a pensar en la existencia en nosotros, de una misteriosa, intangible y sugerente "cajita negra" similar a la de los aviones, que me podría dar la clave del porqué de mis pequeñas catástrofes cotidianas.
Ese fue sin duda, el instante en que vió la luz la voluntad de tomar las riendas de mi vida.
   Esto no me vino a resolver la incertidumbre, ni los miedos, ni la infelicidad e incapacidades, pero lo que sí consiguió, fue proporcionarme una puerta y un camino.
Durante bastante tiempo continué considerándome una víctima de las circunstancias, pero paralelamente, se fue gestando en mí la liberadora idea de transformar mi vida desde la cajita negra, aunque también es cierto que eso alimentaba un deseo de omnipotencia y la fantasía de poder alcanzar un control absoluto sobre mi destino.
   Fueron pasando los años, inmisericordes, uno tras otro, y lo que fui descubriendo, es que lo que yo imaginaba como una caja negra más o menos controlable, más o menos manipulable, era en realidad algo inmenso e inconmensurable, y que a semejanza de un gigantesco iceberg, se sumergía en las oscuras aguas de mi conciencia y emociones, permitiendo que sólo un pedacito pequeñísimo de lo que soy, se asome en la superficie de un caldo emocional inabarcable, que a semejanza de gran madre océano, nos acoge a todos.
   Las respuestas a mis preguntas, dudas y miedos, siempre las acabo encontrando en esa inmensidad sumergida, no visible y prácticamente inexplorada, porque sé que es ahí donde están las claves de esa porción frágil y vulnerable que va por el mundo sintiendo, relacionándose e interactuando con la vida.
Es justamente el feedback entre lo sumergido y lo exterior lo que ha ido definiendo y transformando mi vida, lo que ha ido dando forma al pedacito que muestro al mundo, al pedacito que me empeño en definir como "yo".
   Siempre que he ansiado algo: alegría, prosperidad, amor, autoestima, triunfo, serenidad...ya sabéis, esas pequeñeces que nos empeñamos en exigirle a la vida, me he acabado tropezando con el agua, con esa superficie húmeda, fría, oscura, temible y aparentemente insondable....
   Para poder bucear y explorar ese mundo oculto y misterioso, he tenido que desarrollar una parte aventurera, pero la de estarse quieta, sentir y aguantar, que es una forma de aventurarse difícil e inquietante. Afortunadamente, he podido contar con valiosos compañeros de viaje, muchas veces fortuitos, que me han apoyado y sostenido en los momentos más oscuros.
Tengo que decir además, que una vez traspasado el miedo y el sentimiento de horror que me producía descubrir lo despreciable, indigna de ser amada, miserable y malvada que podía llegar a ser o era, lo que realmente descubría era un sorprendente, luminoso, emocionante y fructífero tesoro que las profundas aguas me regalaban.
Y así, poquito a poco, he ido sumando tesoros y luz a mi vida.

Yo me sigo percibiendo imperfecta, inadecuada y supuestamente mejorable, pero aparte de perderle el miedo a lo de bucear en mis aguas profundas, también me he dado cuenta y he aceptado que soy buena, amada, valiente, hermosa, generosa, honesta....y una aventurera de tomo y lomo.

2 comentarios:

  1. A veces creo que nuesta misión en este mundo tiene que ver con bucear y ver las tres cuartas partes sumergidas..., pero con cada lección aprendida generamos el compromiso con la vida de dar el apoyo a quien quiera recibirlo, y así formar parte de un identidad mayor, porque una miga de pan también es pan y una gota...un mar para alguien...un ser el mundo, el mundo,..un ser.
    Me ha encantado el album nuevo de fotos que nos regalas.Y decirte que por alusiones de las que me quiero apoderar, considero soy del club del "Una vez colorado". Y ¿No te parece en si mismo un gran título para uno de tus Blog?

    Yo solo quiero mandarte un beso, y un abrazo muy cálido así como de mantita de lana.

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  2. Gracias mi niña Menganita, por tu abrazo de mantita de lana y por todo tu cariño,¡que me encanta!
    Recojo tu sugerencia para el título de una entrada, será cañera...
    Tienes razón en eso de que cuando crecemos adquirimos una responsabilidad no escrita, porque "no hace quien mas quiere, sino quien mas puede", y así poquito a poquito vamos haciendo camino en este mundo nuestro tan turbulento,sorprendente...y tremendo.
    Montones de besos apretaditos.

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