Igual que cuando nos cuidamos, aprendemos a tomar alimentos que nos sientan bien, que no nos engordan y que no son tóxicos para nuestro organismo, estaría bien que aprendiesemos a nutrir esas otras partes que no vemos, pero que con nuestro cuerpo crean esa unidad que llamamos "yo".
Alimentarnos con pensamientos, emociones e inspiraciones, nutritivos y saludables, que nos hagan crecer como seres humanos, que aumenten nuestra autoestima y fortalezcan nuestro "sistema vital", deberia ser un objetivo en nuestra vida.
¿Porque aceptamos relaciones toxicas que nos envenenan la vida? Relaciones que nos hieren, que no nos respetan, que nos invaden posesivamente, que nos culpabilizan, que nos manipulan, que dicen querernos y todo nuestro ser nos grita ¡no, no te quiere!...
¿Porque leemos o vemos películas o TV con contenidos que nos embrutecen, o nos insensibilizan, o nos hacen comulgar con ruedas de molino...¿Porque permitimos que nos hagan creer que en el mundo solo hay maldad, dolor, corrupción, injusticia...? ¿No nos damos cuenta de como influye en nuestro ánimo esa energía densa del miedo y la impotencia? Todo esto nos desconecta de la parte más hemosa que hay en nosotros, nos llena de desesperanza y nos hace sentir que necesitamos estar luchando y defendiendonos de "la vida" para sobrevivir.
Busquemos todo aquello que construye y no destruye, olfateemos la cantidad de creatividad, amor, generosidad, altruismo, alegría, superación, inteligencia superior...que hay en el mundo y concedamosle poder con nuestra atención, con nuestro apoyo, con nuestra mirada.
Si no aprendemos a ser selectivos, como lo somos con la comida, nos costara mucho trabajo tener una vida más plena, sentirnos bien con nosotros mismos, disfrutar de la enorme cantidad de regalos que la vida tiene para nosotros.
La buena inspiración, la positividad, la alegría, dirigen nuestra mirada interior hacia la superación personal, hacia la generosidad, hacia la solidaridad...nos incitan a dar lo mejor de nosotros mismos, a tener energía para levantarnos cuando caemos, a luchar por nuestros sueños...a construir un mundo mejor.
Os dejo con un texto muy inspirador, se trata de la reseña de Marianne Williamson que Nelson Mandela utilizó en su discurso inaugural de 1994.
"Nuestro más profundo temor no es ser inadecuados. Nuestro más profundo temor es ser poderosos más allá de toda medida. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que más nos asusta. Nos preguntamos a nosotros mismos "¿Quien soy yo para ser brillante, lleno de dicha, con talento, fabuloso?" En realidad: ¿Quien eres para no serlo?Eres un hijo de Dios. Que juegues a ser pequeño no le sirve de nada al mundo. No hay ninguna luz en el hecho de que te empequeñezcas para que los demás no se sientan inseguros a tu alrededor. Nacimos para manifestar la gloria que hay en nuestro interior. Y a medida que dejamos a nuestra luz brillar, damos permiso inconscientemente a otras personas para hacer lo mismo. a medida que nos liberamos de nuestro propio miedo, nuestra presencia automáticamente libera a otros."
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