No fue de golpe, fue poquito a poco, pero un día me di cuenta de que las miradas crean y sostienen mundos... Durante muchos años yo simplemente vivía... vivía sin darme cuenta del poder majestuoso de mi mirada...sin darme cuenta de que mi mirada era la creadora de todo lo que me envolvía, de todo lo que gozaba y sufría... de mi poder y de mi impotencia...
No lo descubrí de golpe, fue poquito a poco... ahora lo veo tan claro que me parece imposible que los demás no se den cuenta... ¿Los demás?, es curioso, no se cuantos "demás" no se dan cuenta... pero parecen muchos... montones diría yo, los que viven sumergidos en el mundo de su mirada sin darse ni cuenta de ello... sin darse ni cuenta de que están creando un mundo con su mirada...
Ahora cada día me pregunto: ¿que mundo estoy sosteniendo yo con mi mirada? ¿que estoy creando en mi vida con ella?... ¿me gusta? ¿quiero cambiarlo?... y me he dado cuenta de que puedo cambiar mi mirada... de que eso es lo que nos pasamos haciendo toda la vida sin saber que lo hacemos... de que en eso consiste la vida... en una permanente creación de mundos personales y colectivos a través de nuestras miradas.
Mirar el mundo, contemplarlo en su grandiosa inmensidad... parcelarlo... dividirlo...tomar unas cosas y dejar otras, ver unas cosas y dejar de ver otras... elegir a través de nuestra mirada desde nuestra mente y nuestro corazón: que pensar, que amar, que odiar, que comparar, que despreciar, que construir, que destruir... como amar, como odiar... si abrazar, si no abrazar, si vivir o morir... si matar o respetar... si perdonar o no... si azul o verde... si negro o rosa...
Cada día elijo mi mirada me de cuenta o no... cada día tengo la opción de elegirla, lo sepa o no... cada mañana puedo decidir mirar el mundo con respeto o con desprecio... con positividad o negatividad... con una sonrisa o con un mal gesto... ayudando o criticando... como dueño de mi vida o como víctima... construyendo o destruyendo... cada nuevo día puedo elegir una nueva mirada.
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