9/12/12

El significado de nuestro padecer.


Para qué nos vamos a engañar, vivimos en una cultura de huida del dolor. 
En lo que se refiere al dolor del cuerpo, parece razonable que una vez que averiguamos su causa, le pongamos remedio y utilicemos paliativos para algo que ya ha cumplido su función, la de avisarnos de que algo no funciona en nosotros... e independientemente podemos desear explorar más profundamente, las causas enraizadas en nosotros de la enfermedad que padecemos.
¿Pero que sucede con el dolor emocional?... ¿Acaso no es también un aviso de que hay algo que no va bien?... Aparte de sedantes y antidepresivos, a veces necesarios, contamos con la copas, los porros, el sexo, el cine, la tv... etc, para escapar del sufrimiento emocional...

El dolor emocional, como el físico, es una luz que se enciende, un piloto que quiere que le prestemos atención para que "arreglemos" en nosotros "eso" que no está funcionando como debería. Se trata de un indicador en nuestro recorrido vital que nos marca la dirección que debemos tomar... Nos está señalando nuestro reto de crecimiento y maduración, ese sitio en donde estamos perdidos e ignorantes... ese lugar donde padecemos y sufrimos porque "no vemos" con los ojos de la sabiduría del corazón y del alma.
Vivir y ensancharnos es un reto permanente... no es cómodo... y duele muchísimas veces.
Cada vez que huimos del dolor estamos dando la espalda al sentido de nuestra vida, que tomando diferente forma según cada persona, es lo que nos lleva a ampliar nuestra conciencia... y para eso, lo primero que nos toca es transitar por las partes oscuras de nuestra alma. Como nos dice Jung: "Nadie se ilumina imaginando figuras de luz, sino siendo siendo consciente de la oscuridad"...
¡que poco fomenta nuestra sociedad de consumo y en crisis, que exploremos nuestra oscuridad!... me supongo que fomentar la sabiduría no es rentable... es mucho más rentable fomentar la cobardía, la vanidad y la pereza... tres pilares de la enfermedad social que padecemos...

Cobardía ¿que pasa con la cobardía? ... todos tenemos miedo... la vida constantemente nos propone retos nuevos... ¡y claro que sentimos miedo!... e incertidumbre... e inseguridad... No es valiente el que no tiene miedo, sino el que se enfrenta a él y lo traspasa. Eso nos genera crecimiento y autoestima... pero esta sociedad nos quiere cobardes y llenos de miedo... llenos de inseguridad, inmovilizados y bloqueados por el temor... así nos somete a sus dictados.
¿Y la vanidad? El falseamiento, la necesidad de aparentar esconde una enorme  inseguridad en nosotros mismos... ¿quien no ha sentido inseguridad?... forma parte de nuestro crecimiento en el desarrollo de nuestras potencialidades.... el problema aparece cuando nos creamos una imagen ficticia para aparentar "lo que nos creemos que no somos" ... tras eso está la envidia como un gran dolor... el dolor de considerarnos indignos e incapaces de lo que otros poseen.
La comparación permanente y manipuladora, con valores mediocres y destructivos es fomentada en nuestro entornó cotidiano... hacer más, tener más... ¿dónde se queda el ser? La vanidad, la comparación, la envidia son nuestras pasiones sociales.
¿Y la pereza? Engrandecerse como ser humano implica voluntad y dirección... entusiasmo, pasión por la vida, confianza interior, introspección... cualidades de las que está desprovista la pereza... ¡Qué bien que seamos perezosos e incapaces! .... que nos dejemos hacer, que no desarrollemos nuestro propio criterio, que seamos manipulables... Vender distracciones y huidas para fomentar nuestra pereza interior es un objetivo del consumo... ¿o no lo es?

Decidamos algún pequeño-gran cambio en nuestra vida.
Reflexionemos sobre todo esto, pongámonos en pie, y demos un pequeño paso adelante... es así como comienzan las grandes caminatas.

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