7/3/10

Luciérnagas.

  La claridad es una cualidad del espacio, pero también lo es de la mente y del corazón.
Es reveladora, brillante, es luz que proporciona orientación, respuestas y también las preguntas adecuadas.
Es un antídoto contra la confusión, el caos y el temor.

   Yo adoro las luciérnagas. Su nombre, luciééérnaga ya es precioso.

Solo con pensar en ellas me siento transportada a mi infancia, a noches de verano en el campo, a lo sorprendentes y maravillosas que me parecieron la primera vez que las descubrí, y aun hoy, tras cada luciérnaga, creo adivinar un hada diminuta que busca orientarse en la noche.
   Son preciosas las luciérnagas, como diminutos leds; cada una por si sola no puede encender la oscuridad, pero si se juntasen muchas, muchísimas luciérnagas, sí iluminarian la noche con su luz y podríamos reconocer el camino.
Cada una, solo ilumina su espacio pequeñito, se siente ella y se muestra a otros....Pero claro, luego están los depredadores.
¿Puede doler la luz? Parece imposible que una luciérnaga haga daño a nadie, o moleste a alguien con su preciosa y mágica luz, pero sí, muchas veces las luciérnagas, por el simple hecho de existir, hacen que otros seres se sientan oscuros y feos, aunque no lo sean, y sientan celos y envidien su luz, y sientan rencor, y el rechazo de su propia oscuridad lo lancen sobre la inocente luciérnaga, rechazo, critica, incomprensión...desamor.
   Muchas veces ser luciérnaga no es fácil.
Puede que tenga un primo, o un vecino, escarabajo pelotero, y al pelotero no le gusta que la luz ilumine las bolas que tan cuidadosamente fabrica y transporta cada día, eso es cosa suya.
O puede que la luciérnaga tenga una hermana serpiente, ella se arrastra muy bien, y tiene una piel preciosa, y ademas es fuerte y poderosa.... pero no puede volar, ni tiene esa mágica luz.
¡Luciérnagas!, cuando se nace luciérnaga, no se puede ser otra cosa, hay que encender la lucecita ¿que seria del mundo sin vuestra luz?
Ademas, yo estoy segura de que cuando alguna tímida luciérnaga no enciende su preciosa y mágica luz, languidece de tristeza y poquito a poco muere.
Por favor luciérnagas, no apaguéis vuestra luz ¿como encontrarían las hadas pequeñitas su camino en la oscuridad de la noche sin vosotras?

4 comentarios:

  1. Nyambol, enhorabuena por tus comentarios sobre la claridad y la luciérnaga. Muchas veces nos gustaría ser luciérnaga para observar, desde una dimensión ínfima, el vasto mundo que nos rodea, donde muchas personas ven la claridad como una utopía y hay una sobredimensión de la oscuridad.
    Hablando de las noches de verano, de cuando éramos pequeños, también recuerdo las maravillosas noches llenas de estrellas, de sueños y deseos. Porque ¿quién no ha pedido un deseo al ver una estrella fugaz?

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  2. Muchas gracias por tu comentario Marilya. Yo creo que todos somos luciérnagas, aunque no lo sepamos. Todos tenemos una luz interior que es capaz de iluminar un poco la oscuridad que nos rodea, y que sobre todo puede ayudar a encontrar su camino a alguien que ande despistado, para eso tenemos vida, experiencias, amor y lagrimas acumulados con los años. Un gran beso.

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  3. ¿DÓNDE FUERON LAS LUCIÉRNAGAS?
    Hace ya tiempo, décadas han pasado desde que las luciérnagas aún revoloteaban en las tranquilas noches del estío campiñés para deleite de niños, hoy abuelos, y ensoñación de mayores. Pequeños animalitos, luminosos insectos que encienden nuestra bombillita interior de la imaginación y que alegraban los crepúsculos pululando entre cortijos, olivos, encinas y monte bajo hoy desaparecido también… ¿donde fueron aquellas luciérnagas?, que difícil es ver hoy en día en nuestra querida y maltratada campiña esos fosforescentes puntos de luz verde. No me canso de buscarlas, salgo a pasear en las noches sin luna, me siento en una piedra junto al borde del camino y aguardo paciente mientras la brisa refresca poco a poco la veraniega oscuridad, miro entre la fronda esperando ver su fulgor, pero nada, no están, se han ido… ¿para siempre?. Quizá algún día nos lo merezcamos y regresen de donde estén, quizá algún día volvamos a sentarnos en las noches de la canícula y mientras conversamos con algún viejo amigo volvamos a quedarnos callados al verlas volar, despertando con su luz al niño que todos llevamos en el corazón, quizá algún día comprenda por qué se marcharon estos diminutos seres, mientras tanto seguiré esperándolas todos los veranos, preguntándome… ¿donde fueron las luciérnagas?.

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  4. Es verdad Talbanés, ¿donde fueron las preciosas luciérnagas?
    ¡Cuantas cosas hermosa desaparecen a nuestro alrededor sin que nos demos ni cuenta!...animales, plantas, aire puro, alimentos naturales no manipulados,valores... y no sigo... no quiero ponerme triste... mantener la entereza es importante si queremos construir entre todos un mundo mejor... gracias por recordarnoslo.

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