Cuanto más crezco en años, y sobre todo por dentro, más cuenta me doy del poder del corazón. ¿Sabéis que el corazón funciona como otro cerebro en nuestro cuerpo?, tiene sus propios recuerdos y sus propios recursos... y se ha comprobado que su campo energético es muy poderoso.
Pero yo no necesito explicaciones científicas para darme cuenta de su poder. Lo vivo cada día en mi relación con los demás, y sobre todo, en la relación con mis clientes de coaching.
Yo siento que cuando me conecto directamente con mi corazón, mi percepción de los demás se transforma, se ensancha... se engrandece de una forma sorprendente... ¡es difícil de explicar dentro de lo que nos han enseñado y dentro de lo que nos hemos acostumbrado a "sentir"!...
Tiene que ver con la energía del amor... pero del Amor con mayúsculas... que no es amor de deseo, ni de posesión ni de control...
El corazón nos da la capacidad de sentir una ternura inmensa, llena de respeto y admiración hacia las personas que nadamos en el río de nuestra vida, unas veces a contracorriente, tragando agua, atragantándonos... otras alegremente, dejándonos llevar confiadamente por la amorosa corriente... y siempre, siempre, tratando de mantenernos a flote tozudamente...
Vivir es un reto para todos... pobres y ricos... guapos y feos... listos y torpes... hombres o mujeres... da igual la raza, o la religión o el continente... cada uno tenemos nuestras pruebas, nuestras lecciones que aprender, y es viviendo como las aprendemos... y siempre duramente, aunque creamos que la hierba es más verde en el jardín de nuestro vecino.
Solo a través de la pura energía del corazón vamos desentrañando nuestra vida y la vida en general, y solo con su pura energía conseguimos esa mágica y adictiva conexión con los demás que nos muestra quienes somos realmente... Amor más allá del tiempo y del espacio y unidad infinita en el ser.
Cuando logramos ir liberando su poderosa energía en nosotros, conseguimos ver más allá de los límites de la razón y de la lógica aprendida desde códigos y normas tribales... en lo familiar, en lo social, en lo cultural, en lo religioso... y nos damos cuenta de que esa respuesta que tan ansiosamente buscamos día a día, esta en él, en su poderosa energía.
Confiemos en nuestro corazón, en su guía, en su sabiduría... es él el que nos permite llegar más allá... y más allá de más allá... que es, de donde realmente somos.
Vivir es un reto para todos... pobres y ricos... guapos y feos... listos y torpes... hombres o mujeres... da igual la raza, o la religión o el continente... cada uno tenemos nuestras pruebas, nuestras lecciones que aprender, y es viviendo como las aprendemos... y siempre duramente, aunque creamos que la hierba es más verde en el jardín de nuestro vecino.
Solo a través de la pura energía del corazón vamos desentrañando nuestra vida y la vida en general, y solo con su pura energía conseguimos esa mágica y adictiva conexión con los demás que nos muestra quienes somos realmente... Amor más allá del tiempo y del espacio y unidad infinita en el ser.
Cuando logramos ir liberando su poderosa energía en nosotros, conseguimos ver más allá de los límites de la razón y de la lógica aprendida desde códigos y normas tribales... en lo familiar, en lo social, en lo cultural, en lo religioso... y nos damos cuenta de que esa respuesta que tan ansiosamente buscamos día a día, esta en él, en su poderosa energía.
Confiemos en nuestro corazón, en su guía, en su sabiduría... es él el que nos permite llegar más allá... y más allá de más allá... que es, de donde realmente somos.
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