28/2/13

Los miedos. Explorando nuestro inconsciente.


Me gustaría ir explorando el significado profundo de ciertas emociones negativas. Comparto con vosotros las enseñanzas de Ana Daza, una estudiosa del desarrollo de la conciencia que fue mi maestra durante años. 
Hoy comienzo con el miedo, algo que todos sufrimos en un momento u otro de nuestra vida.
Recordemos que el miedo convive con el ser humano desde siempre, y que una de sus funciones es protegernos ante posibles peligros... esto ha sido un factor fundamental en nuestra supervivencia. 
Pero también hay otros miedos más cotidianos, esos miedos que nos aparecen cada vez que tenemos que traspasar un límite de nuestro “espacio de confortabilidad”, o de nuestra “autoimagen”... son los miedos ante los  retos de la vida (retos inevitables que nos ayudan a crecer y madurar)... son miedos que nos hacen sentir impotentes e incapaces, y de los que intentamos escondernos o huir.
 
Vamos a tratar de explorar más profundamente, que puede haber en nuestro inconsciente con respecto a esos miedos, que nos ayude a entender su significado. Esto es importante, porque como bien sabemos, cuando los miedos escapan a nuestro control, sabotean nuestras posibilidades de crecimiento y maduración personal. 
  • ¿Que nos muestra el miedo a enfrentarnos a situaciones desconocidas y nuevas en nuestra vida?
 Durante nuestra vida, seguimos una trayectoria, que aunque a muchos les guste llamar destino, como si fuera algo incontrolable e inevitable, no es más que la consecuencia del “ser” de cada uno, es decir, de la forma como nos comportamos como consecuencia de nuestra forma de pensar y sentir... y de la forma como proyectamos esas ideas y sentimientos en el mundo físico en el que nos movemos.
Aunque nos cueste entenderlo: 

  • No estamos obligados a vivir nada que no esté en nosotros. 
  • Todo cuanto vivimos, sea positivo o negativo, es nuestra propia obra. 
  • No se trata de ningún premio o castigo, sino de una consecuencia de lo que “estamos siendo”, y de la forma en que ese “estamos siendo” se relaciona con el medio.

Esto es muy importante, ya que de la experiencia que recogemos nacen nuevas actitudes y comportamientos, una nueva “manera de ser”. Si no experimentásemos nuestras ideas y emociones en nuestra vida cotidiana y en nuestras relaciones con los demás ¿como descubriríamos su validez? ... ¿como aprenderíamos a manifestar "la idea mas grande de nosotros mismos"? No escojamos el papel de víctimas en la vida, veamos nuestra realidad como lo que es, el resultado de nuestra libertad a la hora de practicar como aprendices de dioses creadores de futuro.

Como nos dice Nicole Dumond en su libro Espejos: 

"Somos libres de responsabilizar a los demás, a la sociedad, a la herencia o a la mala suerte de todos nuestros sinsabores. Y también somos libres de abrirnos al sentido oculto de las cosas."
Podemos decir sin temor a equivocarnos que nuestra vida es un resultado, tanto en lo que nos gusta como en lo que nos disgusta, de lo que nosotros somos.
Nuestro temor a lo desconocido, a lo nuevo, tiene que ver con una huida inconsciente de  nuestra propia conciencia. Lo que hay en realidad tras nuestros miedos, es un temor no reconocido a vernos tal y como "estamos siendo" realmente... es un miedo a nuestras autolimitaciones... nuestro Ser Interno no es complaciente, y nos fuerza a actuar honestamente, a aceptar nuestros límites, a reconocernos... porque todo, mal que nos pese, sale de nosotros, también la forma de  enjuiciarnos, de condenarnos... y lo que tememos en realidad es nuestra imperfección... cuando no aceptamos esa imperfección conscientemente, la proyectaremos en el mundo exterior.
Esto nos lleva a comprender por que el autoconocimiento y la  conciencia cotidiana de nosotros mismos es tan valiosa. Cómo nos dice Ana Daza:
Es aconsejable hacernos conscientes diariamente de lo que vivimos, tanto intelectual como emocionalmente, ya que el impacto vivido día día nos llevará a hacernos más reflexivos y a tomar más conciencia de cómo somos y cómo afectamos a los otros en nuestra relación, y especialmente por qué la conducta de los demás nos afecta de un modo u otro. Esto es, en fin, conocernos a fondo, saber quienes somos y como actuamos. Este conocimiento nos arrojará bastante luz, la suficiente como para alejar de nosotros el miedo a lo desconocido, puesto que el gran desconocido es el ser que “duerme” prisionero de nuestra ignorancia en el fondo del ser que portamos”.
Podemos terminar haciéndonos algunas preguntas de reflexión:
¿Que está realmente escondiendo ese miedo nuestro a ________ ?
¿Que tememos descubrir de nosotros mismos  si suprimimos ese miedo? 
¿Que estamos proyectando fuera de nosotros con ese miedo? 

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