8/12/11

La mirada de la historia.

La mirada de la historia no es compasiva...
Cuando se analizan los sucesivos ciclos económicos de los últimos 2000 años, lo que se puede ver es que la evolución del ser humano es imparable... y esto se manifiesta en el agotamiento de ideologías y creencias que gestan formas de vida, costumbres, sistemas económicos, formas de expansión religiosa... y que se van adaptando a lo nuevo que nace, y que van abandonando lo que ya  nos resulta pequeño.
Mal que nos pese, la historia no tiene compasión... no se entristece por todos aquellos que se quedan en el camino, ni por los que sufren en las transiciones y los reajustes...ella tiene una macro mirada universal más allá del bien y del mal...
Nuestra mirada personal, por el contrario, es pequeña, sentida y llena de matices... nos duelen nuestros dramas y los de los demás...no podemos evitarlo.... y por otro lado, es precisamente nuestra emoción colectiva la que mueve y transforma el mundo... la que cambia creencias, ideologías, costumbres, sistemas económicos, nuevas formas de espiritualidad...
¿Que podemos hacer en momentos de crisis como el que vivimos?... cuando hemos perdido nuestro trabajo...cuando nuestra vida se da la vuelta y no sabemos por donde salir... 
En la pirámide de Maslow, la supervivencia es la base... sin ella, nada se sostiene aparentemente en la vida de cualquiera.... pero ahí estamos nosotros, con nuestros recursos, con nuestra capacidad para cambiar ideas, costumbres, creencias... y abrirnos a lo diferente y no experimentado hasta el momento....¡y quizás lleno de riqueza y oportunidades nuevas!
Hay que soltar lo que no nos sirve para avanzar... y en esta crisis, muchos van a tener que soltar mucho lastre si quieren salir adelante... crecer duele, y madurar no veas...
Tendremos que soltar muchas cosas que nos entorpecen... y abrazar otras que nos pueden permitir salir adelante sintiéndonos más grandes y más poderosos por dentro... aunque hayamos perdido capacidad adquisitiva y haya bajado el PIB...
Victor E. Frankl, que vivió el padecimiento de un campo de concentración nazi, nos cuenta cómo algunos de sus compañeros fueron capaces, no solo de sobrevivir en esas terribles condiciones, sino también crecieron y maduraron en el proceso, y los que eran más solidarios, daban un sentido a su día a día más allá del horror en el que estaban inmersos...
"Al hombre se le puede desposeer de todo menos de la última de las libertades, la libertad para decidir su actitud frente al sufrimiento"... 
¿Que sentido le damos a nuestra vida?... la clave para enfrentarnos a esta crisis y salir airosos de ella puede estar en nuestra respuesta.

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