Hace años, a mi yo de entonces, le gustaban los hombres fuertes y poderosos que me encogían por dentro...y descubría sorprendidada, que muchos eran niños débiles y destructivos, agarrotados, impenetrables...sedientos de transparencia, de luz... pero encerrados en el cuarto oscuro de su miedo.
También mi yo de hace años, se enamoraba de hombres que consideraban a las mujeres como deliciosos aperitivos...y les gustaba probarlos todos...y no se comían ninguno...y me lamia la marca de su mordisco... y me afilaba las uñas.
Por aquel entonces, con mis glamourosas gafas, buscaba hombres fascinantes...poco habladores, misteriosos y distantes...ingeniosos, mordaces, inteligentes, sugerentes... presentía sabiduría, riqueza interior...un tesoro de amor y ternura por descubrir...y cuando extendía la mano... solo encontraba miedo, desconfianza, vulnerabilidad y disfraces sutiles...¿donde estaban la luz y el calor que tanto necesitaba ?
Mi yo de entonces se relacionaba con los hombres desde los "noes"...no era lo suficientemente...alta...baja...sexi...intelectual...rubia...morena...habladora...discreta...buena cocinera...buena amante...tontita...inteligente...superior...inferior...
Y con mi carita llena de "noes" les miraba y les sonreía, y no me dejaba ver...y me sentía distorsionada, rara y dolorida.
Ahora que me siento libre y plena de "síes", conozco hombres que cuando me abrazan me dicen lo extraordinaria que soy, y saben mirarme y verme, y son alegres, y tiernos, y comparten amistad, cariño, inteligencia y calidez.
Ahora que mis gafas han cambiado y que habito otro yo distinto, descubro amistad y ternura en hombres a los que les encanta estar con las mujeres y compartir con ellas, y que se divierten con su forma de sentir y percibir el mundo...
Ahora, ¡por fin!, mis gafas me dejan ver la cantidad de hombres inteligentes y sensibles, jóvenes y no tan jóvenes...que quieren cambiar el mundo desde la tolerancia y la ternura, la generosidad y la solidaridad, el amor y la alegría...
Por aquel entonces, con mis glamourosas gafas, buscaba hombres fascinantes...poco habladores, misteriosos y distantes...ingeniosos, mordaces, inteligentes, sugerentes... presentía sabiduría, riqueza interior...un tesoro de amor y ternura por descubrir...y cuando extendía la mano... solo encontraba miedo, desconfianza, vulnerabilidad y disfraces sutiles...¿donde estaban la luz y el calor que tanto necesitaba ?
Mi yo de entonces se relacionaba con los hombres desde los "noes"...no era lo suficientemente...alta...baja...sexi...intelectual...rubia...morena...habladora...discreta...buena cocinera...buena amante...tontita...inteligente...superior...inferior...
Y con mi carita llena de "noes" les miraba y les sonreía, y no me dejaba ver...y me sentía distorsionada, rara y dolorida.
Ahora que me siento libre y plena de "síes", conozco hombres que cuando me abrazan me dicen lo extraordinaria que soy, y saben mirarme y verme, y son alegres, y tiernos, y comparten amistad, cariño, inteligencia y calidez.
Ahora que mis gafas han cambiado y que habito otro yo distinto, descubro amistad y ternura en hombres a los que les encanta estar con las mujeres y compartir con ellas, y que se divierten con su forma de sentir y percibir el mundo...
Ahora, ¡por fin!, mis gafas me dejan ver la cantidad de hombres inteligentes y sensibles, jóvenes y no tan jóvenes...que quieren cambiar el mundo desde la tolerancia y la ternura, la generosidad y la solidaridad, el amor y la alegría...
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