15/12/13

Mi casa soñada.


Yo tengo una casa soñada... una casa que no consigo alcanzar nunca, porque siempre se me escapa entre las brumas de mi sueño...
Es luz, sensación... y tiene la cualidad de la transparencia, de la ligereza... en ella aparecen los grises, los pardos y los tonos oscuros... que en realidad son las sombras de los objetos, las partes sombreadas de los muebles y la matizada luz que producen unos contrastes que dan volumen y tono a los variados objetos de las habitaciones.
Al entrar en ella por primera vez, me cautiva y me sorprende al ir recorriendo sus espacios cálidos y acogedores...
Rozo sus paredes suavemente coloreadas... o cubiertas con papeles sutiles y delicados en tonos claros y luminosos... son el fondo ideal para que resalten lámparas imaginativas, mágicas y creativas que logran matizar dulcemente la luz, luz que se refleja en sus suelos de madera blanca, envejecidos por el uso, con matices oscuros que les proporcionan calidez y autenticidad...
Tiene grandes ventanales, y espacios abiertos y generosos que a la vez se prestan a la intimidad, a compartir y a relajarse con la distribución de una mezcla de muebles de maderas claras y oscuras, algunos patinados en colores suaves, pulidos con ceras aromáticas... madurados por el uso y el tiempo...  
Yo me paseo contemplándola, acariciando las tapicerías de los sofás, de los sillones... los almohadones, los textiles... tan suaves a la vista y al tacto que invitan al descanso arropando y abrazando...
Disfruto contemplando los cuadros en las paredes..  hermosos y serenos, pero cargados de una suave energía llena de vida... algunos son de colores brillantes y generosos, estimulantes... otros me invitan a su contemplación, a sentir y a relajarme con su sutileza y dulzura... y unos pocos son pura vida en su sensualidad y color. 
Mi casa soñada tiene el equilibrio del orden... pero también se disfraza de la viveza del desorden cuando le invade la alegría de la fiesta, o del juego... o la creatividad impaciente que revuelve apresurada y curiosa entre retales multicolores, o cuentas de cristal, madera, nácar... o entre revistas sugerentes llenas de fotos para crear collages fantásticos... en esos momentos se siente vibrar la vida... y el orden pierde su importancia...
Tiene  la sabiduría de Mary Poppins... ¡pero también la alegría del deshollinador!... tiene color pero a la vez le gusta ser blanca... ¡porque cuando es blanca puede irse coloreando de nuevo poco a poco!... es que a ella le gusta dejarse sentir y llevar por los diferentes momentos de la vida...
A veces me atrapa su sencillez conventual, y en otros momentos la siento vestida de ricas ropas llenas de textura glamour y colorido... hoy se muestra con lineas puras y atrevidas, luminosa y creativa... y mañana quizás la sienta tierna, infantil... florida y rosada como el cuarto de una niña.
Mi casa soñada es cambiante, como cambiantes son mis emociones, mis sueños y mis fuerzas... yo quiero que me acompañe, que me de luz cuando la necesito... y oscuridad y silencio cuando arropa mi sueño... la quiero como una madre amorosa que me permita ser yo sin miedo, con valentía... empujándome a experimentar y a vivir...
Ella respira conmigo... y siempre, siempre, es cálida, dulce y acogedora. En ella mi corazón se siente a salvo.

¿Como os sentís con vosotros mismos? ¿Vuestro corazón se siente a salvo?

Os deseo una feliz Navidad, y que logréis que ese sueño que lleváis en vuestro interior se haga realidad en el año que comienza...

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