Tomad el cuaderno y leed en primera persona todo lo escrito, como si vosotros fueseis la casa y a la vez cada cosa que hay en ella: paredes, suelos, ventanas colores, muebles... todo, todo... y lo más importante, dejad que esa lectura os resuene interiormente... es decir, permitid que aflore cualquier emoción que aparezca según vais leyendo la descripción de vuestro espacio personal.
Puede que os emocionen las cosas hermosas que describís... o puede que os impacten aspectos que no sentís tan positivos... el lenguaje de lo emocional os estará proporcionando claves simbólicas de "quien estáis siendo" y que muchas veces os sentiréis incapaces de reconocer o aceptar.
Esa exploración de vuestro espacio os va a permitir aceptar y ver aquello a lo que os habeis habituado y que os esta pasando desapercibido en vuestro día a día... y también os va a permitir decidir cambios y tomar decisiones que se van a adaptar mejor al "ser que queréis ser"...
¿No habéis observado la necesidad que la mayoría de nosotros tenemos de hacer cambios periódicos en nuestras casas?... puede ser simplemente cambiar el color de de una pared, o unos cojines...o cambiar la distribución de los muebles. En esos cambios, de una manera muchas veces inconsciente, estamos buscando materializar en nuestro entorno físico, cambios que se han producido dentro de nosotros.
Tengamos en cuenta que optimizar nuestro espacio sacándole el máximo partido, así como proporcionarle una mayor armonía, harán que nuestra vida se ensanche y sea más agradable. Aceptemos el espacio en el que habitamos como un reto más de la vida... eso es mucho más práctico e inteligente que victimizarnos y despotricar de nuestra economía o nuestra mala suerte...
"El hogar es algo muy personal, y nos va a reflejar la armonía de nuestro vivir en el mundo".
Después de explorar vuestro hogar os propongo un reto:
¿Cual sería el primer paso que estaríais dispuestos a dar para que vuestra casa realmente refleje vuestra armonía interior?
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