Con esta entrada terminamos la serie dedicada a las cinco formas básicas de dar y recibir amor según el Doctor Gary Chapman, escritor y especialista en educación emocional, autor del libro "Los cinco lenguajes del amor".
5. A través del contacto físico.
Como nos dice en su libro Chapman, una de las formas más directas de comunicación entre seres vivos es el contacto físico.
Y Elsa Punset en su libro "Brújula para navegantes emocionales" nos amplia.
"El contacto físico es una forma de comunicación sencilla porque no requiere palabras. Las palabras pueden ser, en la convivencia, fuente de muchos problemas, tanto por lo que decimos mal, como por lo que no sabemos decir a tiempo. El gesto de cariño, un abrazo, una palmada en la espalda, una caricia, una mirada, ayudan a reconfortar al otro y a transmitirle nuestro afecto de forma casi instantánea".
Chapman nos cuenta que numerosas investigaciones en el campo del desarrollo infantil, han llegado a la conclusión de que los niños que son cogidos en brazos, abrazados y besados, desarrollan una vida emocional más saludable que los que son dejados solos por mucho tiempo sin contacto físico.
El contacto físico es un poderoso vehículo de afecto en la pareja, en cuanto nos enamoramos, sentimos un fuerte impulso por tocarnos y acariciarnos... y pensemos que la relación sexual es sólo un dialecto en el lenguaje amoroso del contacto físico.
Para algunas personas, el contacto físico es su lenguaje amoroso principal, sin él no se sienten amados, y con él, su tanque emocional estará lleno y se sentirán seguros del amor de su pareja.
El contacto físico puede afianzar o romper una relación, ya que puede comunicar amor u odio, y para la persona cuyo lenguaje principal de amor es el contacto físico, el mensaje le llegará más claro que las palabras que pueda escuchar. Una bofetada es dañina para cualquier niño, pero es devastadora para un niño cuyo lenguaje principal del amor es el contacto físico... y lo mismo nos sucede a los adultos.El contacto físico de cariño no necesita mucho tiempo, pero si entender al otro y darse cuenta... especialmente si el contacto físico no es su nuestro lenguaje principal de amor y no hemos crecido en una familia dada a las caricias...Sentarnos muy juntos en el sofá para mirar la TV... o a la vez darnos un masaje en los pies, no requiere tiempo adicional, pero puede comunicar claramente nuestro amor. Acercarnos a donde está nuestra pareja y darle un beso o hacerle una caricia cariñosa, es cuestión de un momento... también abrazarnos o besarnos el uno al otro cuando salimos o entramos en casa, es algo breve, pero dice mucho a nuestra pareja.
Una vez que descubrimos que el contacto físico es el lenguaje principal de amor de nuestra pareja, podemos encontrar muchas formas imaginativas de expresar nuestro amor... así manifestarle nuestro amor en público cogiéndole la mano o haciéndole una caricia, es muy poderoso para que se sienta amada... y no olvidemos que las caricias son un vehículo de amor vivo y auténtico, y si no estamos acostumbrados a ellas porque no son nuestro lenguaje de amor tendremos que aprenderlo... y para ello una buena manera es ir de la mano de nuestra pareja y dejar que ella nos enseñe... porque el contacto de amor puede tomar muchas formas, y no todas son iguales, algunas le gustarán más que otras, y nosotros lo que queremos es que le resulté agradable nuestra caricia, y para ello debemos comprender que somos diferentes y que quizás no nos gusten las mismas cosas... no insistamos en tocar a nuestra manera o cuando queramos, dejaría de ser un lenguaje de cariño e indicaría que no somos sensibles a sus necesidades o que no nos importan sus percepciones.
También hay personas que expresan su cariño físicamente a través de lo lúdico, es común a muchos hombres, con juegos como el fútbol, el baloncesto, la lucha... suele ser así en los niños varones entre los 7 y 9 años, ya que se retraen ante las caricias, pero siguen necesitando recibir y expresar su cariño con el contacto físico.
Hay familias en las que se evita este contacto, y cuando se produce es a nivel práctico, se toca a los niños para lavarlos, asearlos, vestirlos... y lo mismo pasa con los adultos, pero el contacto carece de cualquier carga emocional.
Chapman nos dice algo muy interesante. Muchos seres humanos tendemos a identificarnos con nuestro cuerpo, es decir, "soy mi cuerpo", aunque seamos mucho más. Así cuando alguien nos toca físicamente "nos está tocando", está cerca, y cuando se aleja de nuestro cuerpo, sentimos que se aleja de nosotros. Todas las sociedades tienen alguna forma de contacto físico como medio de saludo social, y si alguien rehusa ese contacto, nos está comunicando que no hay una buena relación entre nosotros.
Y algo muy importante que no debemos olvidar es que nuestros cuerpos son para tocarlos con respeto y con amor, pero no para abusar de ellos.
Es por eso que muchas personas viven su cuerpo como algo que los protege, como una coraza, y entonces pasa de ser un instrumento de comunicación a transformarse en una barrera que los separa de los demás... y esto dependerá de lo que han aprendido y experimentado en su infancia.
¿No os habéis dado cuenta que en momentos de crisis, nos abrazamos los unos a los otros?... lo hacemos porque el contacto físico es un poderoso comunicador de amor... y en esos momentos necesitamos más que nunca sentirnos amados. No siempre podemos cambiar los acontecimientos, pero podemos sobrevivir a ellos si nos sentimos arropados y amados por los demás.
Hay culturas en las que el contacto físico se produce de una manera fácil y natural, y desde luego es una herramienta muy eficaz y auténtica de comunicación entre los seres humanos... ¡Cuanto poder tiene cuando nos sentimos desvalidos o enfermos!... no hacen falta palabras ante un cálido abrazo de auténtico cariño.
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