Me ha gustado mucho lo de los dos tipos de personalidad de los que nos habla Gary Chapman en su libro sobre las cinco formas diferentes de dar y recibir amor... Y tiene que ver con nuestra hablar... ¿Somos muy parlanchines o más bien poco comunicativos?... Posiblemente sea una simplificación de un conjunto de aspectos de la personalidad ¡Pero creo que todos lo vamos a ver muy claro!... y de paso nos puede ayudar a comprender algunas cosas que nos suceden en nuestra relación con los demás... Es mejor conocer y aceptar la realidad, que tirarse de los pelos sintiéndose tontamente incomprendidos...
¿Qué crees que eres, un "Mar Muerto" o un "Arroyo Rumoroso"?... jajaja... ¡Ahora lo explico!
Chapman nos cuenta que aunque no todos estemos en contacto con nuestras emociones, lo que sí estamos todos, es influidos por nuestra personalidad a la hora de expresarnos, y en la pareja esto resulta de gran importancia a la hora de establecer una comunicación de calidad.
Como sabéis, el río Jordán desemboca en el mar Muerto, pero este mar no tiene ninguna salida, y esto le ha servido a Chapman para definir el tipo de personalidad "Mar Muerto"... Que por cierto, a un amigo mio no le gusta nada ese nombre y ha decidido que pasa a ser "Lago", que le parece mucho más sugerente, que los lagos están llenos de vida, y el Mar Muerto lo que tiene es mucha sal y poca vida... ¡vamos que se rebela!... total que paso a decir Lago en vez de Mar Muerto ¿vale?...
La personalidad "Lago" es la que cuando recibe las experiencias, emociones y pensamientos ¡se los guarda, los almacena dentro de sí y se siente feliz sin decir ni pio!... es decir no necesita compartir lo que está sintiendo dentro de él... y si le preguntas ¿Te pasa algo que no hablas?, te contestará honestamente y tan fresco... "no pasa nada, ¿por que iba a pasar algo?"... ¡Porque él es así, está feliz y satisfecho sin necesidad de hablar!... Los tipo Lago pueden estar conduciendo un montón de kilómetros sin decir una sola palabra... ¡Y no pasa nada!
La personalidad "Lago" es la que cuando recibe las experiencias, emociones y pensamientos ¡se los guarda, los almacena dentro de sí y se siente feliz sin decir ni pio!... es decir no necesita compartir lo que está sintiendo dentro de él... y si le preguntas ¿Te pasa algo que no hablas?, te contestará honestamente y tan fresco... "no pasa nada, ¿por que iba a pasar algo?"... ¡Porque él es así, está feliz y satisfecho sin necesidad de hablar!... Los tipo Lago pueden estar conduciendo un montón de kilómetros sin decir una sola palabra... ¡Y no pasa nada!
La otra personalidad, el "Arroyo Rumoroso" (que nombré tan bonito), es todo lo contrario, no se guarda nada... todo lo que recibe necesita compartirlo con los demás, y si no tiene nadie a mano... ¡pues hablará consigo mismo!, el hecho es soltar... porque este tipo de personalidad no almacena nada, fluye constantemente.
Una pareja formada por un Lago y un Arroyo Rumoroso resulta muy atractiva al principio.. El primero no tendrá que preocuparse por mantener una conversación interesante, ya se ocupará el Arroyo Rumoroso de hacerlo, con escucharle con mucho interés y atención, este se sentirá encantado de tener un oyente tan atento... pero claro después de cinco años de estar juntos, al Arroyo Rumoroso le gustaría poder conocer más profundamente al Lago, que no le cuenta mucho... y al Lago le gustaría meter baza de vez en cuando y acallar un poquito al Arroyo Rumoroso que no para de hablar...
La buena noticia, según Chapman, es que el "Lago" puede aprender a hablar, y el "Arroyo Rumoroso" puede aprender a escuchar... porque nuestra personalidad nos influye, pero no tiene porque controlarnos totalmente.
Como yo no creo en las casualidades, pienso que cuando la vida pone juntos a un Arroyo Rumoroso y a un Lago, es para que aprendan algo... Así que sí tanto el uno como el otro, tienen interés en que su unión siga funcionando felizmente, se tendrán que esforzar un poco, y no nos engañemos ¡Un Lago y un Arroyo Rumoroso tienen mucho que aprender juntos!... ¿O no?
Chapman recomienda un "requisito mínimo diario" para aprender nuevos patrones de comunicación en la pareja, y esto es muy valioso para conectar con nuestras emociones.
Para ello nos recomienda que establezcamos unos tiempos diarios para compartir, en los que cada uno hablará de tres cosas que le han sucedido en el día, haciendo hincapié en como se ha sentido con respecto a ellas. Según él, con este "requisito mínimo diario", en pocas semanas o meses la pareja habrá conseguido que entre ellos haya una mayor calidad de conversación.
¡Ánimo y a practicar!
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