Estoy pasando unos días de vacaciones... tranquila, sin prisas... Pero aquí me tenéis atrapada en el blog... y he dicho atrapada como si fuese una trampa de la que no puedo liberarme... pero no es así, porque nada me atrapa, en todo caso sería yo misma la que juega a ponerse trampas que me aprisionen...
Pero ¿sabéis?, no es una trampa el blog, es un gran espacio de "darme cuenta", un gran espacio que me hace mirar dentro de mi misma, y poderme detener en ello, y eso es muy valioso para mi...
He valorado esto de tener un blog personal de varias maneras, y en algunos momentos he llegado a pensar que los blogueros de piel para dentro, somos un poco exhibicionistas de ropa interior del alma... ¡Vamos que nos gusta lucir nuestros trapitos íntimos sin pudor!... Pero con el tiempo me he ido dando cuenta del trabajo de conciencia tan valioso que me incitan a hacer estas páginas de trazado irregular... irregular como mis sentimientos, mis pensamientos y mi vivir... ¿Lo más difícil? ¡Atraparme al vuelo a mi misma!... pararme en un segundo y decir ¿En dónde estás Mercedes? ¿Qué te está costando? ¿Quien estas siendo en este momento?...
Una entrada es como una foto de un instante preciso y precioso... un darme cuenta... una reflexión exprimiendo y sacando jugo a un fruto maduro... y un fruto es algo que ha pasado un proceso, no ha nacido de la nada y es consecuencia de vivencias, experiencias y de un crecer consciente... También una entrada es un mostrarse sin mostrar abiertamente a los que me acompañan, respetando su intimidad y su ritmo...
Podría hablar de muchas cosas del día a día... anécdotas, enfrentamientos, alegrías y penas... Podría chismorrear, criticar, quejarme... a muchos les gusta, pero a mi en el blog no me sale... a mi me gusta entender más profundamente lo que me está sucediendo, saber a donde me lleva algo, un enfado, una vivencia, una manera de actuar... Naturalmente en eso no puedo estar las 24 horas del día... ¡Yo también tengo mis momentos de queja, de crítica, de chismorreo... de desahogo!... pero se que son eso, momentos de desahogo que no me van a "poseer", que no van a determinar mi vida... porque yo he decidido que mi vida tenga la dirección que yo deseo... y no quiero que sea la de la queja ni la del victimismo... quiero que sea la de ser consciente de mi misma y sentirme más grande cada día... sin engañarme, sin esconderme, consciente de que tengo muchos rincones oscuros e inexplorados... y dispuesta a tirar de linterna, de fregona y de abrillantador... porque es lo que pasa con los rincones inexplorados del alma, que tienen mucho polvo... ¡Pero hay polvos sublimes!... Jajaja...
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